Aprender a respirar puede sonarnos un tanto ilógico e irrelevante ya que es un proceso inconsciente que realizamos con el mínimo esfuerzo y con la mínima atención, pero ¿qué pasaría si conociéramos los beneficios de mejorar nuestra respiración?
La dinámica agitada en la que vivimos, una mala postura, la calidad del aire y ventilación de nuestras estancias y lugares de trabajo son sólo algunos de los factores que impiden que nuestro cuerpo realice efectivamente el proceso de respiración y ocupe más que sólo la mínima capacidad de nuestros pulmones como hacemos a diario.
Los beneficios de una buena respiración los podemos dividir en tres principales campos; el físico, el mental y el espiritual.
Físicamente, el cuerpo recibe una mayor cantidad de oxígeno y el movimiento interno de los órganos en el proceso de la respiración, promueven un mejor funcionamiento y bienestar general. Un ejemplo de ello, es cuando se practica la elongación de los músculos en actividades de danza o yoga, dentro de la cual la respiración profunda permite la relajación de los músculos y así, gradualmente mejorar la elasticidad del cuerpo.
En el campo mental, encontramos como beneficio la oxigenación y estímulo de la circulación sanguínea, permitiendo a nuestro sistema nervioso sentirse relajado y a nuestra mente, filtrar las tensiones del día y mejorar el estado anímico. Es por ello que se recomienda respirar profundamente ante un ataque de pánico o ira, o simplemente antes de tomar una gran decisión.
Para muchas disciplinas y prácticas espirituales, la respiración es la llave para conectarnos con el mundo no terrenal y lograr el bienestar integral en nuestra estancia por la Tierra y en la existencia; un recurso esencial para la meditación, como lo describo en la publicación pasada "Aprende a meditar en 3 pasos y reduce el estrés".
Para iniciar con mejores hábitos en la respiración, te recomiendo destinar de 15 a 20 minutos diarios en concentrarte en una respiración profunda y tranquila, llenando tus pulmones sin sobre esfuerzo hasta experimentar una sensación de comodidad interna y energía.
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Respiremos en sintonía con nuestros cuerpos y destinemos al menos unos minutos diarios para disfrutarnos internamente.
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